domingo, diciembre 31, 2006

El Transbordador Espacial


Es un vehículo reutilizable capaz de alcanzar órbitas bajas en torno a la Tierra. A mediados de los años setenta, tras la conclusión del proyecto Apolo, la NASA comenzó a diseñar un vehículo reutilizable que pudiera sustituir a los costosos cohetes de varias etapas usados hasta entonces. El transbordador espacial despega como un cohete, ayudado por unos cohetes auxiliares que se recuperan y por un depósito principal de combustible que se pierde, y aterriza como un avión. Realiza misiones en órbitas bajas, siendo una de sus principales tareas la de poner satélites en órbita. Sus actuaciones más espectaculares han sido la puesta en órbita del telescopio espacial Hubble, así como varias reparaciones posteriores del mismo; el atraque en la estación espacial Mir, y la puesta en órbita de alguno de los módulos de la Estación Espacial Internacional.



Tras realizarse diversos ensayos en 1977 con un prototio de nombre Entreprise en homenaje a la serie Star Trek, el primero de los transbordadores operacionales, bautizado con el nombre de Columbia, realizó su primer vuelo en abril de 1981. Tras el Columbia entraron en servicio otros tres transbordadores más, todos ellos gemelos suyos: El Challenger en 1983 , el Discovery en 1984 y el Atlantis en 1985 . En enero de 1986, a causa de una fuga en uno de los cohetes impulsores de combustible sólido, el Challenger estalló minutos después de despegar pereciendo todos sus tripulantes, lo que motivó una paralización de los vuelos del transbordador durante dos años y medio, hasta que en septiembre de 1988 se reanudó el programa de vuelos con un nuevo lanzamiento del Discovery. Cuatro años más tarde, en 1992, se construyó un nuevo vehículo, el Endeavour, para reemplazar al desaparecido Challenger.




Diecisiete años después, en febrero de 2003, se repitió la tragedia cuando el Columbia se desintegró al entrar en la atmósfera a su vuelta de una misión, falleciendo asimismo sus tripulantes, lo que motivó una nueva paralización de los vuelos. Tras descubrirse que la causa había sido un desprendimiento durante el despegue del recubrimiento del tanque principal de combustible, que había dañado la capa de losetas térmicas que protegen al vehículo del calor durante la reentrada en la atmósfera, una vez resuelto el problema los vuelos se reanudaron en julio de 2005. Aunque este vuelo transcurrió sin incidentes, la aparición de problemas similares a los que provocaron la catástrofe recomendó una nueva paralización, esta vez por un año, ya que el siguiente vuelo del transbordador, de nuevo el Discovery, tuvo lugar en julio de 2006, al que siguió, en septiembre de 2006, otro del Atlantis, lo que permitió reanudar la interrumpida construcción de la Estación Espacial Internacional. Para evitar posibles repeticiones de accidentes como el del Columbia, a partir de la reanudación de los vuelos siempre se encuentra preparado un segundo transbordador listo para realizar una misión de rescate de los astronautas afectados, algo que hasta el momento no ha resultado necesario.




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